lunes, 12 de marzo de 2012

Textos PAU para 2º bachillerato A

Crisis del cine español
Esta presunta crisis del cine español se arrastra desde la época almeriense, cuando el desierto se llenó de épica. Desde Sergio Leone y aquel primer Clint Eastwood -entonces, cuando no se limitaba a pegar tiros, como podía haber hecho, sino que aprendía, con esa minuciosa lentitud que puede ser su sello sensorial, los rudimentos del oficio, porque ya aspiraba, secretamente, a dirigir- el cine español está en crisis. Vamos, desde que se fue de aquí Samuel Bronston y se dejaron de rodar películas grandiosas, en el sentido más hollywoodiense, como 55 días en Pekín, Doctor Zhivago, El Cid o Tierra de pasión. Pero por esa regla de tres también Madrid murió al partir la troupe americana, y sin embargo Madrid siguió siendo Madrid y tardó muchos años en caer -según un título de Luis Antonio de Villena, en cuanto terminó la Movida-, a pesar de que Ava Gardner ya no terminaba las noches zapateando encima de un tablao con Lola Flores y a pesar, también, de que Nicholas Ray, ya Rebelde sin causa, arruinado tras 55 días, prefirió abrir un bar y empezar a preparar dry martinis antes de volver a dirigir.
El cine español está en crisis desde siempre, así que ahora debiera de llevarnos una cierta ventaja a los demás. La crisis, como en Estados Unidos, es económica; pero también de historias, como prueban tantos remakes, las adaptaciones de superhéroes y la gran cantidad de versionados de cualquier nuevo éxito europeo. Pero algo más profundo, y también algo más nuevo, se ha rumiado aquí en los últimos años: una especie de desprecio congénito, creado desde varios medios de comunicación, contra el cine español en general. La idea como tal es tan absurda como que mañana cualquier periódico comenzara una campaña para denigrar la literatura española. Y claro, no todo brilla, pero todavía tenemos a Marsé y también empezamos a tener a Marcos Giralt. En fin, que todo no es malo, pero en los últimos dos lustros nos hemos empecinado, un poco entre todos, en cimentar el discurso continuo del descrédito de nuestro cine, como si en nuestro cine no existieran los Trueba o no hubiera existido, también, gente como Basilio Martín Patino, por poner un ejemplo que va camino de convertirse en pedante.
El cine español, afortunadamente, es mucho más que la gala de los Goya y, por supuesto, mucho más que sus furibundos detractores. El problema más nuevo es que a muchos actores jóvenes televisivos no se les entiende cuando hablan. ¿Ya nadie recuerda a Fernán Gómez? No vocalizan, vamos, y además de un asesor de imagen y un agente de prensa también les vendría bien, a muchos, un logopeda. Quizá esta crisis social podría servirnos para desarrollar otra tendencia, un cierto pensamiento apreciativo con lo que tenemos, no exento de crítica, desde luego, pero más constructivo.

Joaquín Pérez Azaústre (eldiadecordoba.es, 01.03.2012)

Parte 1 (relacionada con la estructura interna y el contenido del texto)
a) Haga un resumen breve del texto.
b) Comentario personal: ¿Cree que la crisis económica puede manifestarse también como una crisis del arte y más concretamente del cine? Argumente tu respuesta.
c) El texto se nombra al poeta Luis Antonio de Villena. En referencia a esto conteste al tema teórico “La lírica española desde los años 60 a la actualidad”.

Parte 2 (relacionada con la estructura externa y forma del texto)
a) Explique qué tipo de texto es el que se ha propuesto y sus características.
b) Explique el significado de las siguientes palabras y construya una frase con cada una de ellas: minuciosa, desprecio, denigrar.
c) Realice el análisis sintáctico redactado del siguiente enunciado: “El problema más nuevo es que a muchos actores jóvenes televisivos no se les entiende cuando hablan “.

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